“El hombre hizo al
hombre a su imagen y semejanza”
hombre a su imagen y semejanza”
Norbert Weiner.
El TEA acoge en sus salas hasta
el 30 de marzo un compendio de la obra de la artista y poeta guatemalteca
Regina José Galindo bajo el título Piel de
gallina. A primera vista, su obra no es amable, ni fácil, ni tan siquiera
accesible. Pero después de ese primer vistazo, la náusea que provoca toparse
con esa proporción de pensamiento descarnado y verismo visual plantea
cuestiones en el espectador tan importantes como la aniquilación de la
trascendencia en el arte. Todo lo contrario, su obra es dura y dolorosa tanto
para ella, artista performática y esteta de la palabra, como para nosotros,
espectadores que por norma general ante una obra de arte tenemos una
participación pasiva. Ella insiste en un trabajo de aflicción continuada que se
nutre del espectador que lo sufre desde la diabólica distancia que le otorga
pertenecer a otro círculo sociocultural.
el 30 de marzo un compendio de la obra de la artista y poeta guatemalteca
Regina José Galindo bajo el título Piel de
gallina. A primera vista, su obra no es amable, ni fácil, ni tan siquiera
accesible. Pero después de ese primer vistazo, la náusea que provoca toparse
con esa proporción de pensamiento descarnado y verismo visual plantea
cuestiones en el espectador tan importantes como la aniquilación de la
trascendencia en el arte. Todo lo contrario, su obra es dura y dolorosa tanto
para ella, artista performática y esteta de la palabra, como para nosotros,
espectadores que por norma general ante una obra de arte tenemos una
participación pasiva. Ella insiste en un trabajo de aflicción continuada que se
nutre del espectador que lo sufre desde la diabólica distancia que le otorga
pertenecer a otro círculo sociocultural.
Regina es un cuerpo automatizado,
es estigma de un microcosmos guatemalteco. La artista ha señalado un camino con
diversas “cruces”, que recorre clavándose cada una de ellas, como un ejercicio
que conmemora los pasos de otras personas/víctima, casi todas ellas mártires de
algo, ancladas como huellas dolientes en su propio cuerpo. Exhibir ante el
público un mecanismo de gran complejidad artística pero despojado de la
artificialidad de la tecnicidad, es lo más parecido, legítimamente hablando, al
episodio original en su forma. Porque ella transmuta acontecimientos que en su
repetición periodística perderían significado y los convierte en original.
es estigma de un microcosmos guatemalteco. La artista ha señalado un camino con
diversas “cruces”, que recorre clavándose cada una de ellas, como un ejercicio
que conmemora los pasos de otras personas/víctima, casi todas ellas mártires de
algo, ancladas como huellas dolientes en su propio cuerpo. Exhibir ante el
público un mecanismo de gran complejidad artística pero despojado de la
artificialidad de la tecnicidad, es lo más parecido, legítimamente hablando, al
episodio original en su forma. Porque ella transmuta acontecimientos que en su
repetición periodística perderían significado y los convierte en original.
La dimensión crítica que Galindo
establece normalmente en algunas sociedades debe ocultarse tras una tramoya
para mantener la ilusión. El arte no es entretenimiento para los salones, es
testimonio gracias a la verosimilitud del cuerpo de Regina a modo de autómata; la
condición artística se ve reforzada por la contradicción de su estado de ser
vivo no maquinizado –maquinizado sólo en cuanto a la acción performática, a
modo de ilustración de la realidad, la artista cede su cuerpo al espectador en
forma de espejo-.
establece normalmente en algunas sociedades debe ocultarse tras una tramoya
para mantener la ilusión. El arte no es entretenimiento para los salones, es
testimonio gracias a la verosimilitud del cuerpo de Regina a modo de autómata; la
condición artística se ve reforzada por la contradicción de su estado de ser
vivo no maquinizado –maquinizado sólo en cuanto a la acción performática, a
modo de ilustración de la realidad, la artista cede su cuerpo al espectador en
forma de espejo-.
Por tanto, la figura femenina es
omnipresente. La mujer guatemalteca centra el interés de casi toda lo obra de
esta artista que ironiza acerca de la supuesta reflexión que deviene luego de
un suceso que a nivel de repercusión social quedará en nada. Esos sucesos
quedan registrados por la sociedad en forma de gestos programados de
preocupación. El individuo olvida más rápido de lo que recibe la información, a
veces, como mecanismo de defensa, y otras, como forma perversa de pasar por
alto situaciones cuyo entendimiento supone caer en la cuenta del dramatismo
real en que ésta inmersa la sociedad.
omnipresente. La mujer guatemalteca centra el interés de casi toda lo obra de
esta artista que ironiza acerca de la supuesta reflexión que deviene luego de
un suceso que a nivel de repercusión social quedará en nada. Esos sucesos
quedan registrados por la sociedad en forma de gestos programados de
preocupación. El individuo olvida más rápido de lo que recibe la información, a
veces, como mecanismo de defensa, y otras, como forma perversa de pasar por
alto situaciones cuyo entendimiento supone caer en la cuenta del dramatismo
real en que ésta inmersa la sociedad.
Así, el autómata termina siendo
el colectivo social, hecho a sí mismo; el Hombre por el Hombre sin vida, sólo
con apariencia de conciencia. La sociedad se ha simplificado, estandarizado, y ha
multiplicado la vacuidad de sentimientos de empatía como fin del individualismo
y victoria de la idea de colectivo, no desde un punto de vista comunista, sino
de alienación del hombre como ser.
el colectivo social, hecho a sí mismo; el Hombre por el Hombre sin vida, sólo
con apariencia de conciencia. La sociedad se ha simplificado, estandarizado, y ha
multiplicado la vacuidad de sentimientos de empatía como fin del individualismo
y victoria de la idea de colectivo, no desde un punto de vista comunista, sino
de alienación del hombre como ser.
La artista guatemalteca apela al
ser humano sin abandonar su corporeidad –sin trascendencia romántica-, con una
incertidumbre vinculada a la naturaleza del hombre. Ella nos lleva directamente
a la dificultad de definir nuestra esencia como individuos, tomar conciencia de
nuestra unicidad. No se aleja de la corporeidad, se la espeta al espectador violentándolo.
Nos expone que la trascendencia no sirve en un lugar como la metrópoli, pues
todos somos seres de la urbe y ésta es sólo afín a la naturaleza como forma
pura de relación. De ahí su construcción de la poética del cuerpo como máquina
perfecta a la que el ser humano no interroga y a la que sólo saca brillo para ver su
reflejo fantaseado, como puede verse en
la obra Recortar por la línea de puntos.
Regina Galindo establece hipótesis fisiológicas, se sabe que el hombre está
compuesto de alma y cuerpo, pero ella parte de nuestra condición matérica para
exponer problemáticas sociales, sexuales, etc.
ser humano sin abandonar su corporeidad –sin trascendencia romántica-, con una
incertidumbre vinculada a la naturaleza del hombre. Ella nos lleva directamente
a la dificultad de definir nuestra esencia como individuos, tomar conciencia de
nuestra unicidad. No se aleja de la corporeidad, se la espeta al espectador violentándolo.
Nos expone que la trascendencia no sirve en un lugar como la metrópoli, pues
todos somos seres de la urbe y ésta es sólo afín a la naturaleza como forma
pura de relación. De ahí su construcción de la poética del cuerpo como máquina
perfecta a la que el ser humano no interroga y a la que sólo saca brillo para ver su
reflejo fantaseado, como puede verse en
la obra Recortar por la línea de puntos.
Regina Galindo establece hipótesis fisiológicas, se sabe que el hombre está
compuesto de alma y cuerpo, pero ella parte de nuestra condición matérica para
exponer problemáticas sociales, sexuales, etc.
Sus obras cumplen el propósito de
hacerse tan semejantes a nosotros como sea posible, de modo que ella no sólo
confiere a su superficie un aire de documentación, sino que arremete contra el
estómago. Compone piezas con las cuales no nos sentimos identificados pero sí
peligrosamente próximos, lo suficiente como para que la relación con ellas sea
harto dolorosa. Cada una de ellas produce una agitación que sufre el corazón y
que cae gota a gota en la concavidad de cada poro erizado de la artista.
hacerse tan semejantes a nosotros como sea posible, de modo que ella no sólo
confiere a su superficie un aire de documentación, sino que arremete contra el
estómago. Compone piezas con las cuales no nos sentimos identificados pero sí
peligrosamente próximos, lo suficiente como para que la relación con ellas sea
harto dolorosa. Cada una de ellas produce una agitación que sufre el corazón y
que cae gota a gota en la concavidad de cada poro erizado de la artista.
Ella utiliza tanto la poesía como
la performance como las formas de comunicación artística más directas
existentes hoy en día por corporeizarse en un shock. No apela al intelecto si
no a las tripas directamente, con lo que afecta más todavía. Regina se somete a
procesos de transformación que son la obra en sí. Al espectador le queda el
vestigio visual, que carga de más sentidos y emociones que una performance en
vivo. Por lo que espolea al espectador sin un sentido aleccionador, simplemente
exponiéndose ella misma como forma de hablar de la “injusticia global”.
la performance como las formas de comunicación artística más directas
existentes hoy en día por corporeizarse en un shock. No apela al intelecto si
no a las tripas directamente, con lo que afecta más todavía. Regina se somete a
procesos de transformación que son la obra en sí. Al espectador le queda el
vestigio visual, que carga de más sentidos y emociones que una performance en
vivo. Por lo que espolea al espectador sin un sentido aleccionador, simplemente
exponiéndose ella misma como forma de hablar de la “injusticia global”.
Ahora resta hacerse dos
preguntas, ¿Es la performance la vía más directa para hablar de la situación
social, política y económica del mundo? y ¿Es éste el camino del arte? Parece
que sí, pues las injusticias sociales hechas cuerpo, carne, sangre y fluidos
mediante la condición de ser otro, y usando la mascarada no como farsa sino
como método de asimilación del personaje global que es la mujer guatemalteca,
tiene una capacidad expresiva de gran poder. La relación del cuerpo y la
palabra escrita es la característica más destacable de su obra. Regina compone
un corpus literario doliente en obras
como Perra donde se corta la piel para
formar la palabra sangrante, o la performance Las palabras se las lleva el viento donde se cuelga de un puente a
modo de aparición mariana exclamando versos. Así llegamos a confundir palabra y
cuerpo, acción y documentación mientras el reflejo al que estamos acostumbrados
en el espejo queda emborronado.
preguntas, ¿Es la performance la vía más directa para hablar de la situación
social, política y económica del mundo? y ¿Es éste el camino del arte? Parece
que sí, pues las injusticias sociales hechas cuerpo, carne, sangre y fluidos
mediante la condición de ser otro, y usando la mascarada no como farsa sino
como método de asimilación del personaje global que es la mujer guatemalteca,
tiene una capacidad expresiva de gran poder. La relación del cuerpo y la
palabra escrita es la característica más destacable de su obra. Regina compone
un corpus literario doliente en obras
como Perra donde se corta la piel para
formar la palabra sangrante, o la performance Las palabras se las lleva el viento donde se cuelga de un puente a
modo de aparición mariana exclamando versos. Así llegamos a confundir palabra y
cuerpo, acción y documentación mientras el reflejo al que estamos acostumbrados
en el espejo queda emborronado.