«El secreto es permanecer»
William Borroughs.
La nueva propuesta de la artista Juana Fortuny en la sala del SAC supone la consolidación
total de un imaginario personal basado en las fortalezas y debilidades que
aporta el tránsito por su camino vital. Camino que sirve de referencia, de
recuerdo y de exhortación de los tropiezos y gozos que se manifiestan en signos
exteriores como obras. El camino de la artista es la comprensión de los hitos
físicos que se encuentra en su recorrido para develar los mecanismos de esos
signos visuales. Hasta donde puedo ver o
tan lejos como alcanza la vista es un claro en el bosque, un lugar vacío,
un intervalo en ese camino o una vereda alternativa que cubre toda la
superficie de la sala como un itinerario que comenzó mucho antes de aquellas Figuraciones indígenas.
total de un imaginario personal basado en las fortalezas y debilidades que
aporta el tránsito por su camino vital. Camino que sirve de referencia, de
recuerdo y de exhortación de los tropiezos y gozos que se manifiestan en signos
exteriores como obras. El camino de la artista es la comprensión de los hitos
físicos que se encuentra en su recorrido para develar los mecanismos de esos
signos visuales. Hasta donde puedo ver o
tan lejos como alcanza la vista es un claro en el bosque, un lugar vacío,
un intervalo en ese camino o una vereda alternativa que cubre toda la
superficie de la sala como un itinerario que comenzó mucho antes de aquellas Figuraciones indígenas.
Al contemplar estas obras, asistimos, como espectadores, de manera activa
al proceso de desvelamiento que acomete Fortuny, en el que desnuda por completo
los procesos y mecanismos que sostienen su trabajo. Bajo la grata visión de sus
texturas se esconde una certeza que produce un, como diría Groys, “efecto de
sinceridad”, un acceso real a la verdad de la obra como objeto tangible. Esa
verdad es la del medio como soporte de la imagen artística –del contenido-, del
marco que la sostiene. La tela se sale del marco y deambula de forma autónoma.
Se despega de él literalmente para
comunicarnos mensajes sencillos pero de una efectividad contundente.
al proceso de desvelamiento que acomete Fortuny, en el que desnuda por completo
los procesos y mecanismos que sostienen su trabajo. Bajo la grata visión de sus
texturas se esconde una certeza que produce un, como diría Groys, “efecto de
sinceridad”, un acceso real a la verdad de la obra como objeto tangible. Esa
verdad es la del medio como soporte de la imagen artística –del contenido-, del
marco que la sostiene. La tela se sale del marco y deambula de forma autónoma.
Se despega de él literalmente para
comunicarnos mensajes sencillos pero de una efectividad contundente.
Montaje de la exposición. Cantos etílicos y Cortina a través de Menos mal que todo termina. |
Para Juana, debajo de lo visible se esconde algo invisible, esa certidumbre
de algo que se nos mantiene oculto pero intuimos. El mecanismo que soporta el
mundo sólo es algo que podemos entrever de manera subjetiva porque nunca
tenemos acceso a él, sólo a la imagen que nos hacemos de él. Pues el símil
sería la imagen del mundo como elemento artístico visual y su soporte -marco-
como aquello de la tierra que no vemos pero intuimos que está -las leyes de la
física establecen parámetros invisibles -.
Esa intuición es lo que, como
para Maiakovski, hace que el arte sea un martillo con el que golpear al mundo.
No es sólo una cuestión de materiales usuales o no, sino más bien, una cuestión de descontextualización
perpetrada por Fortuny.
de algo que se nos mantiene oculto pero intuimos. El mecanismo que soporta el
mundo sólo es algo que podemos entrever de manera subjetiva porque nunca
tenemos acceso a él, sólo a la imagen que nos hacemos de él. Pues el símil
sería la imagen del mundo como elemento artístico visual y su soporte -marco-
como aquello de la tierra que no vemos pero intuimos que está -las leyes de la
física establecen parámetros invisibles -.
Esa intuición es lo que, como
para Maiakovski, hace que el arte sea un martillo con el que golpear al mundo.
No es sólo una cuestión de materiales usuales o no, sino más bien, una cuestión de descontextualización
perpetrada por Fortuny.
Juana Fortuny genera así un muro perceptivo infranqueable, en el que lo
normalizado es asisitir(asistir mal escrito) a la contemplación de la obra como
superficie visual y no de sus elementos sustentantes. Fortuny se posiciona al otro lado este muro y fija la vista sobre él intentando percibir
un horizonte más allá de donde puede ver.
normalizado es asisitir(asistir mal escrito) a la contemplación de la obra como
superficie visual y no de sus elementos sustentantes. Fortuny se posiciona al otro lado este muro y fija la vista sobre él intentando percibir
un horizonte más allá de donde puede ver.
Esta muestra, por tanto, es una autorreflexión en torno a los diferentes
signos presentes en el juego de la percepción del espectador. El lenguaje del
propio objeto está presente, las telas se salen literalmente de los marcos,
mecanismos sustentantes que han perdido su carácter de invisibilidad para
surfear en solitario por el cosmos de la artista; y si no logran salirse en su pugna
por la libertad generan forma picudas y tirantes como un mar embravecido de
retales. “El sentimiento de nadar en un mar de infinitud que no puede ser
abarcado con la vista, ha sido descrito [….] como un sentimiento extático y
sublime”. Ese juego perceptivo se
establece tranquilamente mientras estamos sentados en un museo, tumbados viendo
la tele, leyendo una revista. Es algo que nos rodea de manera cotidiana.
signos presentes en el juego de la percepción del espectador. El lenguaje del
propio objeto está presente, las telas se salen literalmente de los marcos,
mecanismos sustentantes que han perdido su carácter de invisibilidad para
surfear en solitario por el cosmos de la artista; y si no logran salirse en su pugna
por la libertad generan forma picudas y tirantes como un mar embravecido de
retales. “El sentimiento de nadar en un mar de infinitud que no puede ser
abarcado con la vista, ha sido descrito [….] como un sentimiento extático y
sublime”. Ese juego perceptivo se
establece tranquilamente mientras estamos sentados en un museo, tumbados viendo
la tele, leyendo una revista. Es algo que nos rodea de manera cotidiana.
Fortuny nos brinda el disfrute de la textualidad de los mecanismos, como
una hermosa experiencia, al menos momentánea. Consciente de que esos mecanismos
no pueden ser, por lo general, abarcados ni comprendidos, la artista renueva
esfuerzos por sacar lo lúdico de nuevo a flote, que se encontraba perdido entre
espectros de conflictos. El juego que establece en la sala reta al espectador a
confiar en la imagen que tiene delante y dejarse envolver por ella por un instante
hasta que el soporte de esa imagen emerge de manera sorpresiva. Del otro lado
de la obra se coloca la artista espiando a través de los translúcidos
materiales los espejismos de sujetos expectantes. Entre cánticos etílicos y
telarañas pastel esta Aracne moderna quiere observar del otro lado del sentido
alejándose de los fenómenos intelectuales banales que rodean al hecho
artístico.
una hermosa experiencia, al menos momentánea. Consciente de que esos mecanismos
no pueden ser, por lo general, abarcados ni comprendidos, la artista renueva
esfuerzos por sacar lo lúdico de nuevo a flote, que se encontraba perdido entre
espectros de conflictos. El juego que establece en la sala reta al espectador a
confiar en la imagen que tiene delante y dejarse envolver por ella por un instante
hasta que el soporte de esa imagen emerge de manera sorpresiva. Del otro lado
de la obra se coloca la artista espiando a través de los translúcidos
materiales los espejismos de sujetos expectantes. Entre cánticos etílicos y
telarañas pastel esta Aracne moderna quiere observar del otro lado del sentido
alejándose de los fenómenos intelectuales banales que rodean al hecho
artístico.
Telaraña. 2010 |
Entender el signo simboliza, entonces, la cuestión de qué significado se pretendió
en su origen y qué de éste todavía permanece. Para la artista el
sujeto/espectador está bajo los parámetros de control y estabilización de las
fronteras perceptivas y de los dogmas artísticos preestablecidos, entre idea y materia, verdad
y mentira, cultura y naturaleza, convención y espontaneidad. Fortuny dinamita
las fronteras y deja a la vista los mecanismos que sustentan la imagen visual
de lo que es Arte, de modo que las diferencias maniqueas entre estas imágenes
ahora son finitas y perfectamente abarcables.
en su origen y qué de éste todavía permanece. Para la artista el
sujeto/espectador está bajo los parámetros de control y estabilización de las
fronteras perceptivas y de los dogmas artísticos preestablecidos, entre idea y materia, verdad
y mentira, cultura y naturaleza, convención y espontaneidad. Fortuny dinamita
las fronteras y deja a la vista los mecanismos que sustentan la imagen visual
de lo que es Arte, de modo que las diferencias maniqueas entre estas imágenes
ahora son finitas y perfectamente abarcables.
Es una invitación, ahora aparta la cortina y mira qué hay al otro lado.