Horizonte de sucesos.

Horizonte de sucesos.

Las intensas
distinciones visibles que estructuran la realidad social
en este lado de la línea están erguidas sobre la
invisibilidad de
 la
distinción entre este lado de la línea y el otro lado de la línea.
 Boaventura
de Sousa Santos.
Vista genera de la exposición Horizonte de sucesos.
Todo accidente es inicio o principio de otra posibilidad, como si la probabilidad principal fuese estar sujeto a una regularidad inherente a la realidad y la contingencia de lo simbólico fuera el eje disruptivo del contexto en el que se produce una interacción. En el escenario donde se desarrolla este argumento es posible que un accidente sea simplemente un cambio de estado de consecuencias imprevistas, o el horizonte en que los sucesos de un lado afectan a su opuesto; es decir, una reacción en cadena. Es necesario despojar de lo fortuito esta forma de asociar acción y posibilidad, para potenciar la capacidad generadora de la acción, la desactivación de las utopías y del relato, para poner en crisis las formas de interactuación naturales.
 
Horizonte de sucesos es una muestra que se despoja de lo casual para instalarse en un movimiento convergente-divergente. Un dispositivo plural e híbrido que evidencia la heterogeneidad de discursos y prácticas que trabajan en la articulación de un territorio conceptual fronterizo y transversal. Un lugar desde el que afectar el espacio en el que se instalan. Si partimos de la diferencia entre los conceptos esencia y accidente, este es en el otro, mientras que la esencia es en y por sí misma. Lo esencial es inamovible. El accidente puede darse o no, puede ser lo potencial, lo fortuito, la ficción, la distorsión, el evento. Tras diferentes tipos de horizontes de eventos se genera un sustrato entre dos lugares conceptuales, el entorno de la obra y ella misma. Esta relación no es simétrica y por tanto una afecta sobre la otra. De esta forma, lo que ocurre en la obra afecta al observador situado al otro lado.

Convertir este espacio liminal, que divide y confronta, en el entorno donde se puede alterar o potenciar la percepción de las cosas es, fundamentalmente, ir al encuentro de otras posibilidades. Ahora es el momento de escarbar, desenterrar el sustrato para pensarlo aquí. Pensar desde la apropiación de lo accidental, de la probabilidad, que permite activar ahí donde se confrontan otras formas de ver.
 
El accidente entendido como potencialidad, la posibilidad para que algo suceda.
 
La relación que se establece en esta muestra colectiva es de habitabilidad, es decir, se trata de la construcción de una zona de afectación simbólica en la que los conceptos accidente, posibilidad y reacción interactúan sin un objetivo preciso, en donde los distintos polos revelan que no funcionan dentro de un solo marco, sino que se esconden en el horizonte, en una-otra perspectiva, tal y como acontece en la pieza de Nacho Martín Silva Beautiful
light at lunchtime
-colección OTR-, que reproduce o representa el acontecimiento dentro del acontecimiento mismo, unas pruebas nucleares –producto de la estetización máxima de la preocupación de una sociedad inmovilizada por el miedo a salir herida por el Otro- descritas en los Survival town en el estado de Nevada.  Esta pieza pone en el centro de la preocupación un lenguaje plástico ”que casi roza» la precariedad como una forma de poner en crisis diferentes cuestionamientos. Esto, de alguna forma se pueden relacionar con la pieza Base hierárquica (España) de André Komatsu, que se pregunta a qué tipo de individuos afectan las condiciones sociales de producción y qué pasaría si estos se transformasen en materiales simbólicos. Es este un simulacro más efectivo que la realidad, una base jerarquizada en la que el sistema constructivo se basa en un juego de equilibrio y fuerzas contrarias. El ladrillo y el vaso más popular en posición de frágil resistencia frente a su imagen dicotómica, el cristal de una copa quebrada. Es un juego de clases que refleja su incapacidad para proyectar el orden natural de la relaciones, que está velado o bloqueado por un dispositivo de transformación –podríamos decir capitalista- que relata un inminente colapso social.
Nacho Martín Silva, Beautiful light at lunchtime.
En este juego de fuerzas se produce un desplazamiento hacia otro lugar, en términos formales, en el vídeo de Gianfranco Foschino Na construcao, artista que incorpora una narración pausada a través de la visualización de pocos movimientos dentro del encuadre elegido. La pregunta que nos hace es, ¿cuánto tiempo podemos mirar sin el aporte de lo que acontecerá? La sospecha de lo que puede ocurrir en el plano cerrado y fijo de un edificio en obras nos ofrece la deriva de la posibilidad y a su vez la imposibilidad de ver más allá. La respuesta a la pregunta anterior no se contesta con una unidad temporal concreta si no asumiendo que es la temporalidad del observador la que colapsa. El tiempo atraviesa la narrativa y crea tensiones en el exterior de la pieza.
 
Gabriela Bettini, Pernambuco – San Rafael de las Flores.
Desde este juego temporal también parte Gabriela Bettini con Pernambuco – San Rafael de las Flores una dualidad pictórica con orígenes antagónicos. Por una parte una de las imágenes se construye a través de un proceso de selección de un paisaje brasileño tomado de la producción del paisajista Frans Post –pintor barroco holandés- conocido por ser el primer pintor europeo en reproducir paisajes de América del Sur –una de las primeras fue la colonia holandesa de Pernambuco en Brasil-. En el siglo de Post -el XVII- los artistas expedicionarios debían recopilar la mayor cantidad de imágenes del “nuevo mundo” para los gobiernos europeos correspondientes. Estas pinturas dotaban de identidad a los lugares colonizados a través de una iconografía de representación concreta. Junto a esta imagen se contrapone, en la misma línea de horizonte, la reproducción pictórica de una fotografía digital recuperada de una noticia web, se trata de un paisaje de las minas de San Rafael de la Flores en Guatemala. A través de esta labor archivística no se representa la mina en sí misma, sino que también se reproduce una ficción tal y como hacía Post. No está presente físicamente la activista guatemalteca asesinada por trabajar en la defensa de las tierras de su comunidad, Laura Leonor Vásquez Pineda, pero sí está encarnada en el antagonismo de las imágenes. Bettini utiliza estas dos fuentes para hablar de identidad y naturaleza en relación a sus intereses centrados en la representación de la lucha y el activismo de mujeres en distintos contextos. Ella se cuestiona a partir de la pintura y desde la reacción.
 
Lecuona & Hernández, Blow.
A partir de aquí, ¿cómo acotamos la reactivo en un núcleo concreto? Así se establecen los parámetros del trabajo de Lecuona & Hernández no solo con la pieza Blow, sino con una parte importante de su trabajo, que en muchos puntos tiene que ver con la historia de la visualidad, su tratamiento y cómo culturalmente las personas están atravesadas por imágenes de distinta índole. Mediante códigos mucho más abstractos, la pintura es tratada por los dos artistas desde lo posible, como una sustancia en sí misma que reproduce toda la potencia de la representación. O, como describió José Díaz Cuyás, a partir de  la suposición de una inversión con respecto al arte de pintar. Y quizá, desde este punto de vista, el estallido accidental aquí narrado es el efecto que evidencia la pérdida de poder de las imágenes artísticas y por tanto de muchas de las representaciones del mundo. Blow es la potencialidad hecha pintura que habla en tiempo presente del límite de la pintura y de cómo esta puede acabar horadando y abriéndose camino a través de la memoria.
 
Entre memoria y límites se despliega el artista Ramón Miranda Beltrán con su pieza You don’t need a weather man, una obra que dialoga con lo accidental y reaccionario a partir de la recreación de un momento histórico. Su intención es generar una nueva subjetividad histórica, es decir, adentrarse en una nebulosa compuesta por la base –que albergaba una escultura- y el vacío –lugar que ocupaba una escultura- en clave de pasado histórico. Esta pieza es una fusión entre lo accidental y lo intencionado que pivota entre los temas más afines a la producción del artista como son la violencia de estado, la violencia ciudadana, y la represión social. Los sucesos de Haymarket y Los días de la ira de los Weathermen, ambos en Chicago, son don confluencias históricas relacionadas con la resistencia ciudadana separadas por casi un siglo. Por este motivo la representación de un pedestal vacío con una pintada anarquista es el símbolo que encierra todas las potencialidades de más de cien años de lucha obrera.
 
En términos de ciudadanía y espacio urbano existe una relación con las piezas de Pierre Descamps, que en un código más lúdico representa con parte de la serie Monuments –colección OTR- entornos urbanos en los que se practica skate con un carácter de monumentalidad despojada de toda presencia humana. Son territorios de la acción constituidos a partir de la inacción. Ambas representaciones, las de Miranda y Descamps, son espacios comunes del entorno urbano utilizados de forma alegal. Mientras que el pedestal de You don’t need a weather man fue tras las revueltas obreras y anarquistas, un lugar de culto y reunión, Descamps habla también del espacio que se define a sí mismo mediante su uso colectivo a través de la cultura de skate. Ambos pertenecen a la cultura urbana y los dos encierran la capacidad de movimiento de la que está dotado el mobiliario urbano en relación a la ciudadanía. Es decir, acción y reacción van aquí de la mano.
 
Belén Rodríguez, Unidiverso.
En este estado de las cosas, Belén Rodríguez busca con su práctica cuestionar el orden y el caos. A través de parámetros físicos, las interacciones de los distintos cuerpos en una atmósfera natural, en este caso acuosa, obedecen a un interés por el desorden y lo inesperado de la interacción de elementos plásticos recopilados en la costa. Las categorías de sedimentación fundamentales en Unidiverso son el tiempo y el espacio, se trata de una pieza de vídeo en la que van mutando distintas imágenes plásticas a través de un medio incontrolable como es el agua. Pequeñas partículas de plásticos de colores interaccionan entre sí haciendo de lo lúdico y casual una excusa para reflexionar visualmente en código de vanguardia histórica.
 
 
Cristina Mejías comparte con Belén Rodríguez una noción de potencialidad que sale de lo fortuito, lo inesperado y, en su caso, también de lo desconcertante. Twice upon a time se desarrolla entre el relato cotidiano y absurdo en el que se abren y cierran historias en forma de interacciones y choques. En este contexto lo accidental adquiere un valor simbólico innegable, que posibilita una infinidad de combinaciones en las que lo azaroso no tiene unos límites humanamente percibidos. Así, se relata a sí misma la pieza de Mejías, desde el instante presente y lo acontecido en la historia. Es a través de esa noción de instante, desde la que se producen muchas narrativas.
 
Cristina Mejías, Twice upon a time.
En el caso del artefacto Suction cup and glass de Pablo Capitán del Río, una de esas narraciones se desencadena a través de un juego de oposición y posición de equilibrio entre dos objetos que por definición son susceptibles de ser unidos. Es decir, se encuentra en la naturaleza del cristal y la ventosa la capacidad de estar sujetos. Lo que establece una tensión crítica es pensar por cuánto tiempo deberían estar así, o cuánto aguantarán. Estos dos elementos se activan entre sí a través de un juego de tensiones en el que el espacio que les une puede llegar a colapsar. 
 
El posible colapso que se intuye en esta pieza se refleja en su propio cuerpo a través de la presencia de Avantgarde, el lienzo de grandes dimensiones de Ubay Murillo. Esta obra supone uno de los puntos álgidos de la trayectoria del artista, jalonada por figuras truncadas en una misma superficie. La representación del cuerpo, de su reflejo y del mito de Narciso, que se sitúa como personaje envuelto en un ciclo continuo de crisis – económicas, sociales, culturales, etc.-, es sustancialmente modificado, estirado, desmembrado y estetizado en correlación a distintos momentos que el artista invoca o recupera de diferentes fuentes. Avantgarde es la representación del cuerpo tras sufrir en muchos sentidos el impacto de los periodos expansivos de los momentos pre y post crisis, a partir de editoriales de moda contaminadas con la estética de las vanguardias artísticas, se incorporan momentos históricos como el crack del 29, la Golden age e incluso la caída de Lehman brothers en 2008.
 
Esta obra se fragmenta y se recompone en unidades formales que evocan un desarrollo narrativo específico, cuestión que contrasta con la obra de Ignacio Uriarte Untitled – Colección OTR-. De un marcado carácter poético, parte también del fragmento pero desde un lenguaje casi textual en el uso de diferentes gestos comunes e incluso mecánicos. Esta pieza está constituida por la repetición sistemática de un carácter con máquina de escribir que provoca una sucesión de llenos y vacíos, una armonía interrumpida accidentalmente por un signo divergente.
 
Vista general con: Regina de Miguel/Lucrecia Dalt con We are a plot device,
Pablo Capitán del Río con Suction cup and glass e Ignacio Uriarte con Untitled. 
En esta divergencia se sitúa también Adrián Balseca con el vídeo El cóndor pasa que no  solo produce una ruptura narrativa sino que reproduce un ciclo. El cóndor era un modelo emblemático de automóvil propio de la industria ecuatoriana, desarrollado en fibra de vidrio durante la transición de la dictadura militar a la instauración de la democracia en el país y el advenimiento del boom petrolero. El coche llegó a ser el símbolo del desarrollo económico de Ecuador y formaba parte del imaginario simbólico colectivo. El cóndor, es decir el automóvil, pasa por diferentes lugares referenciales. Así, el paisaje que se advierte en la obra de Adrián Balseca es una suma del paisaje étnico, tecnológico y financiero que Appadurai desarrollara en sus –scapes. Es a través del desplazamiento o desarrollismo que se produce la caída hacia un lugar quizá desconocido.
 
Y lo que no es conocido o coincidente es lo que se ha desviado hacia otros lugares que no son encontrados de forma accidental, como pasa con el cóndor que inicia su último vuelo, sino desde la libertad más absoluta que da adentrarse en lo no conocido, en la zona gris que para las artistas Regina de Miguel y Lucrecia Dalt es el lugar en el que se produce la “reformulación de lo conocido”. La obra We are a plot device es un poema sonoro a tres voces, un canto de tres mujeres, una revisión de los mitos no solo relacionados con lo femenino, sino con una forma compleja de descolonización que transcienden lo individual y trata de encontrar otras posibilidades, mucho más reactivas. A través de la narración de las distintas voces se produce una invitación a cruzar hacia el otro lado de la línea, con el objetivo de buscar otras formas de territorialidad y otras jerarquías que se encaminen hacia un nuevo “reencantamiento”.
 
Horizonte de sucesos ha tratado de establecer una relación con la idea de accidente desde distintas perspectivas, una suma de posibilidades reacciones y accidentes que se dan en el contexto de las diferentes obras.
 
Viste general con André Komatsu/ Base hieráquica (España), Ramón Miranda Beltran / We don`t need a weather man y Pierre Descamps / Monuments.
Vista general con: André Komatsu, Lecuona & Hernández y Gabriela Bettini.
Vista general de la exposición con: Pierre Descamps. Ramón Miranda Beltrán, André komatsu y Nacho Martín Silva.
Gianfranco Foschino / Na construcao y Belén Rodríguez / Unidiverso.
André Komatsu / Base hierárquica (España).
Ignacio Uriarte / Untitled.
Viste general de la exposición con: Adrián Balseca / El cóndor pasa, Pablo Capitán del Río / Suction cup and glass y Ubay Murillo / Avantgarde.
 
 
Exposición desarrollada en OTR. espacio de arte.
Comisariado: Dalia de la Rosa.
Fotografías: Aday Palmero.
 
Relación de piezas de la exposición: 
 
Santiago de Chile, 1983
 
Na construcao
Video/ HDV Video
2012
 
 
São Paulo, 1978
 
Base hierárquica (España)
Bloques de concreto, vasos y copa de cristal.
Dimensiones variables 
2011
 
Santander, 1978 / Garachico, 1978
 
Blow
Pintura, Plástico y acero.
2011-2018
 
 
 
Madrid, 1977
 
Pernambuco – San Rafael de las Flores
Impresión tintas Óleo sobre lino
2018
 
 
San Juan de Puerto Rico, 1982
 
You don’t need a weather man
Impresión láser
2010
 
 
Jerez de la Frontera, 1986
 
Twice-upon-time Impresión láser
Vídeo-intalación
2010
 
 
Valladolid, 1981
 
Unidiverso
Video 
Sonido: Das Synthie Modul, Viena. 
2014
 
Tenerife, 1978
 
Avantgarde 
Óleo sobre lienzo. 
2015
 
 
Granada, 1982
 
Suction cup and glass
vidrio, hierro, caucho, acero
2017
 
 
Quito, 1989
 
El cóndor pasa
Vídeo monocanal
2015
 
 
Regina de Miguel y Lucrecia Dalt
Málaga, 1977 / Pereira, 1980
 
We are a plot device
Audio y libreto
2016
 
 
Colección OTR
 
 
Amiens, 1975
 
Monuments, p.89
Impresión offset
2007
 
Monuments, p.307
Impresión offset
2015
 
 
Madrid, 1977
 
Beautiful light at lunchtime
mixed media 
2014
 
 
Krefeld, 1972
 
Untitled
Tipología de dibujo escultórico
2016. 
 
 
 
 
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