Mundologías – ÚLTIMO MAUDIT

Los artistas se hacen
continuamente preguntas, y éstas a veces no tienen una respuesta fija ni
unitaria, incluso pueden ser la negación de un cuestionamiento anterior. El creador
construye a partir de una práctica o de un posicionamiento que le conduce por
un determinado camino de experiencias vitales, que acaban por configurar el
espacio creativo y la poética íntima.

Detalle de obra de Carlos Rivero

Esas poéticas son aquí unas
mundologías tan extrañas entre sí como afines en razón de la amistad y la
admiración que existe entre los artistas que participan en esta exposición.
Unidos por la idea de que el arte como oficio es adentrarse en un estado de
compromiso recio, siempre desde una perspectiva arriesgada y fuera de los
márgenes de la comodidad, conciben el espacio construido en el proyecto Mundologías como el lugar de los
afectos, de lo común y de la libertad de crear desde cero sólo por el hecho de
compartir. A partir de la dicotomía, la discusión y el acercamiento, se traza
una línea imaginaria en el espacio que cruzan constantemente. Donde se
posicionan los unos frente a los otros, no enfrentados pero sí situándose en un
estado incómodo por el puro intento de generar mirada crítica a través de la
amistad. Mundologías es un cruce de
temperaturas que de una forma reflexiva discute sobre la pertinencia de la
creación en el complejo ámbito cultural y vital en el que están inmersos.

Si fuera posible traducir en
una sala de exposiciones las experiencias de compartir con estos cinco artistas
una mesa, una conversación y una copa, se percibirían hasta en su más mínima
expresión las oscilaciones entre la incertidumbre y la certeza vital de cada
uno de ellos. Sentados a la mesa Sema Castro nos hablaría de la ‘niebla mental’
que le rodea a él y a su territorio, una polifonía que a varios tiempos se
presenta como un compromiso más humano que artístico y que Carlos Rivero inicia
a través de la creación de un tótem insertado en la naturaleza y que es el faro
en medio de esa atmósfera difusa. Un doble destello de tinaja y formas humanas
como centro. Fernando Pérez nos describiría, al borde de la velada, cómo
materializa su trabajo, sus estructuras-jaula como espacios de encierro,
silencio y ocultamiento en un margen vital que coexiste entre la confianza y la
sospecha de que no todo es seguro y de que el trabajo es la única certeza, el
respiradero de cada uno de nosotros. Mientras que Laura Gherardi, daría una
vuelta perspicaz sobre lo que ella conoce de primera mano, el esfuerzo por
profundizar debajo de la piel de todas las cosas y la seguridad de su propio rumbo.

Instalación de Sema Castro

Al término de la reunión Juana
Fortuny nos hablaría de lo próximo, de lo finito y del lugar que dejan antiguos
recuerdos o personas. Ella ampliaría los márgenes del espacio, simplemente porque
se busca a sí misma en su día a día manteniendo una capacidad de asombro y una
búsqueda de lo común que le es innata, dando la vuelta a todo para construir
desde el reverso de lo conocido.

Es necesario tratar Mundologías como un espacio para
establecer un diálogo colectivo. Aquí lo común no es el desarrollo de una
pregunta o tesis. Sólo existe un acuerdo tácito entre los asistentes a esta mesa
simulada: el convencimiento de seguir creando fuera de los márgenes de la
incertidumbre o siendo plenamente conscientes de ellos. Una cosa u otra, un
mismo campo dividido. Estos creadores comparten contexto, generación y cariño,
una convergencia afectuosa en la que no es importante determinar la noción de verdad
de Laura Gherardi, el espíritu de las cosas que se escapan de Fernando Pérez,
la alternativa del juego totémico de Carlos Rivero, lo barroco como reflejo de
una situación de tránsito para Sema Castro o la construcción desde la parte
opuesta de lo cotidiano de Juana Fortuny. Lo importante es la
posibilidad de compartir espacio y vida, generar lazos y construir una buena
mesa donde dialogar.

Ahora están todos invitados a
la mesa.