La última exposición de la galería Estudio Artizar se centra en la figura de la artista gallega Pamen Pereira que por primera vez realiza una individual de su magnífica obra en
Tenerife. Desde sus inicios su producción oscila entre lo imaginario como
contenido principal de la vida y esa mirada extrañada suya hacia su entorno.
Tenerife. Desde sus inicios su producción oscila entre lo imaginario como
contenido principal de la vida y esa mirada extrañada suya hacia su entorno.
El mundo entero es medicina III es una historia sobre la verdad,
pero lo que nos relata es, sin embargo, altamente simbólico, casi una fábula.
En este proyecto, que aglutina ya tres muestras, cuestiona la idea de verdad
como concepto universal. Estas obras están forjadas mediante conceptos
homólogos que se retroalimentan unos a otros y que se dan significado y
existencia mutua, como medicina y enfermedad –no existe el uno sin el otro-. ¿O
bien es esta la forma en que inevitablemente lo percibimos? La artista se cuestiona si es la subjetividad
el elemento de libertad individual, pues la Nada es el Absoluto; cada cosa es el contrario de
sí misma –como diría Novalis-.
pero lo que nos relata es, sin embargo, altamente simbólico, casi una fábula.
En este proyecto, que aglutina ya tres muestras, cuestiona la idea de verdad
como concepto universal. Estas obras están forjadas mediante conceptos
homólogos que se retroalimentan unos a otros y que se dan significado y
existencia mutua, como medicina y enfermedad –no existe el uno sin el otro-. ¿O
bien es esta la forma en que inevitablemente lo percibimos? La artista se cuestiona si es la subjetividad
el elemento de libertad individual, pues la Nada es el Absoluto; cada cosa es el contrario de
sí misma –como diría Novalis-.
Para ella, el arte es el órgano palpitante de la
filosofía, la esencia de la libertad humana. Cada obra está formada por
pensamientos fugaces, como sueños que se dejan de recordar cinco segundos
después de haber despertado, que permanecen indelebles como tatuajes sobre la piel
de la memoria. No se puede vivir sin pensamiento. A pesar de que grandes
místicos han conseguido anular todo tipo de pensamiento mundano aspirando a El
Vacío. Para Pamen Pereira la lucha es otra, ella entra en un estado de conciencia
enteramente receptivo y busca esa lucha de análogos que constituye la nada
llena de vacío.
filosofía, la esencia de la libertad humana. Cada obra está formada por
pensamientos fugaces, como sueños que se dejan de recordar cinco segundos
después de haber despertado, que permanecen indelebles como tatuajes sobre la piel
de la memoria. No se puede vivir sin pensamiento. A pesar de que grandes
místicos han conseguido anular todo tipo de pensamiento mundano aspirando a El
Vacío. Para Pamen Pereira la lucha es otra, ella entra en un estado de conciencia
enteramente receptivo y busca esa lucha de análogos que constituye la nada
llena de vacío.
La máxima el mundo entero es
medicina es casi una aplicación programática del texto de un KOAN –problema
planteado por un maestro zen al aprendiz-, pero partiendo desde una perspectiva
pragmática Pereira le da la vuelta y lo torna simbólico. Ella no realiza una
lectura clásica, si no casi una fabulación mitológica, una dualidad entre los
modos bajo-medieval y renacentista, simbólico y científico, oriental y occidental
como simbiosis de contrarios. Su aprendizaje es experiencia, y la palabra no es
la cosa, no representa en su totalidad el objeto, sólo lo nombra en forma de
paradojas. Por tanto el Ser como vocablo-significado tampoco es el verdadero
Ser. Llegar al núcleo de su significado es el trabajo que continúa con esta
tercera incursión del título que da nombre a la exposición. Pamen Pereira se
mueve en el ámbito de la intuición intelectual, de la reflexión subjetiva, de
la libertad individual.
medicina es casi una aplicación programática del texto de un KOAN –problema
planteado por un maestro zen al aprendiz-, pero partiendo desde una perspectiva
pragmática Pereira le da la vuelta y lo torna simbólico. Ella no realiza una
lectura clásica, si no casi una fabulación mitológica, una dualidad entre los
modos bajo-medieval y renacentista, simbólico y científico, oriental y occidental
como simbiosis de contrarios. Su aprendizaje es experiencia, y la palabra no es
la cosa, no representa en su totalidad el objeto, sólo lo nombra en forma de
paradojas. Por tanto el Ser como vocablo-significado tampoco es el verdadero
Ser. Llegar al núcleo de su significado es el trabajo que continúa con esta
tercera incursión del título que da nombre a la exposición. Pamen Pereira se
mueve en el ámbito de la intuición intelectual, de la reflexión subjetiva, de
la libertad individual.
Zafu.
|
Sus obras son una amable y
acertadísima fusión entre belleza, arte y filosofía en forma de pura frontera
entre el dominio de la palabra y la demonización de su significado. Pereira no
busca adoctrinar un sentimiento, ni ponerlo bajo un dogma estético. Busca El Lugar,
realiza mapas e investiga los conceptos limítrofes con la verdad. Parece
preguntarse cómo ha empezado la humanidad, busca el mito del origen. Irrumpe
con ansia en nuevas fronteras para disiparlas, sobrepasa la añoranza y se
convierte en una viajera espiritual. Desde sus inicios ha cultivado el sentido
y el gusto por lo infinito, casi como un proyecto pedagógico cuyo fin es
disipar el misterio de la naturaleza humana. Sabe del orden de las cosas pero
atraviesa las barreras del cientificismo y se adentra en el misticismo. Así,
dice ella misma, “un día conseguí respirar el mundo”, de tal modo que el
tratamiento de la materia y del objeto en sí es una metáfora de la relación del
individuo, encarnado en la propia Pamen Pereira, con el mundo de la ideas. Se
aparta así de lo físico pero partiendo de ello, pues ¿puede tener más peso el
humo que la carne?
acertadísima fusión entre belleza, arte y filosofía en forma de pura frontera
entre el dominio de la palabra y la demonización de su significado. Pereira no
busca adoctrinar un sentimiento, ni ponerlo bajo un dogma estético. Busca El Lugar,
realiza mapas e investiga los conceptos limítrofes con la verdad. Parece
preguntarse cómo ha empezado la humanidad, busca el mito del origen. Irrumpe
con ansia en nuevas fronteras para disiparlas, sobrepasa la añoranza y se
convierte en una viajera espiritual. Desde sus inicios ha cultivado el sentido
y el gusto por lo infinito, casi como un proyecto pedagógico cuyo fin es
disipar el misterio de la naturaleza humana. Sabe del orden de las cosas pero
atraviesa las barreras del cientificismo y se adentra en el misticismo. Así,
dice ella misma, “un día conseguí respirar el mundo”, de tal modo que el
tratamiento de la materia y del objeto en sí es una metáfora de la relación del
individuo, encarnado en la propia Pamen Pereira, con el mundo de la ideas. Se
aparta así de lo físico pero partiendo de ello, pues ¿puede tener más peso el
humo que la carne?
La artista se convierte en un antiguo agrimensor, recrea la tierra
mensurable en forma de humo sobre el límite occidental del mundo conocido.
Representa un topos o mapa de
caracteres orgánicos excepcionales. Sus trabajos de humo sobre papel o plata
hablan de la recuperación de una clase de aura antaño perdida en el arte. A
través de este concepto y de ese exquisito y volátil material habla de límites
que no existen, límites difusos que van más allá de todo lo representado. Lo
importante no es ser consciente de ese límite, lo importante es la elección de
El Lugar. Estar en el límite fronterizo es estar en todas partes, en el proceso
del acontecimiento.
mensurable en forma de humo sobre el límite occidental del mundo conocido.
Representa un topos o mapa de
caracteres orgánicos excepcionales. Sus trabajos de humo sobre papel o plata
hablan de la recuperación de una clase de aura antaño perdida en el arte. A
través de este concepto y de ese exquisito y volátil material habla de límites
que no existen, límites difusos que van más allá de todo lo representado. Lo
importante no es ser consciente de ese límite, lo importante es la elección de
El Lugar. Estar en el límite fronterizo es estar en todas partes, en el proceso
del acontecimiento.
Las personas habitamos en
discursos interiores. Pamen Pereira es conocedora de esta riqueza humana y teje
a través de este concepto un auténtico hilo de La Verdad. Traza su
propia cosmografía, su propio universo en forma de mapas. Y se maravilla de
nuestra peculiar forma de aproximarnos a ella. El espectador que deambula por
la sala actúa como un espejo al otro lado. Él representa la insoportable
levedad del cuerpo, pues éste desaparece y son los objetos los que tienen una
razón de ser. El cuerpo pesa, los objetos flotan como experiencias vitales
expuestas. Con esta relación entre cuerpo y objeto la artista se pregunta por la
forma de relación del cuerpo con los objetos y el arte y se responde a través
de una forma de espiritualidad física. Así, en medio de la contundencia aciaga
de este mundo inconexo y en crisis, ella se expresa a través de la fragilidad,
a veces en forma de un delicioso devenir de cosas, otras, a través de una atroz
cadena de elementos visuales.
discursos interiores. Pamen Pereira es conocedora de esta riqueza humana y teje
a través de este concepto un auténtico hilo de La Verdad. Traza su
propia cosmografía, su propio universo en forma de mapas. Y se maravilla de
nuestra peculiar forma de aproximarnos a ella. El espectador que deambula por
la sala actúa como un espejo al otro lado. Él representa la insoportable
levedad del cuerpo, pues éste desaparece y son los objetos los que tienen una
razón de ser. El cuerpo pesa, los objetos flotan como experiencias vitales
expuestas. Con esta relación entre cuerpo y objeto la artista se pregunta por la
forma de relación del cuerpo con los objetos y el arte y se responde a través
de una forma de espiritualidad física. Así, en medio de la contundencia aciaga
de este mundo inconexo y en crisis, ella se expresa a través de la fragilidad,
a veces en forma de un delicioso devenir de cosas, otras, a través de una atroz
cadena de elementos visuales.
Tomillo |
En su producción se recrea la
invisibilidad de la acción de la naturaleza mediante un ritmo gozoso, el objeto
en reposo, cercenado por esa intensa mirada curiosa de la artista. El mundo
aprehensible es captado por ella con energía. La luz, a sus ojos, emerge del
misterio, almacenado en una chaqueta ajada pero vívida. Mediante esa luz la
vida recibe una dimensión de flotación envuelta en una mística mensurable del
ser que casi participa en lo divino. La artista se descama, se arranca la piel
y cada capa es un paisaje, un mapa contemplativo y fragmentado.
invisibilidad de la acción de la naturaleza mediante un ritmo gozoso, el objeto
en reposo, cercenado por esa intensa mirada curiosa de la artista. El mundo
aprehensible es captado por ella con energía. La luz, a sus ojos, emerge del
misterio, almacenado en una chaqueta ajada pero vívida. Mediante esa luz la
vida recibe una dimensión de flotación envuelta en una mística mensurable del
ser que casi participa en lo divino. La artista se descama, se arranca la piel
y cada capa es un paisaje, un mapa contemplativo y fragmentado.
El trabajo que realiza no es
presente ni presencia, es cascarón de instantes pasados de su propia
exploración que abandona a su paso, lo que le resta al espectador es armar sus
propias historias empáticas a través de estos retazos y de esos no-lugares,
donde la inexistencia existe todavía más.
presente ni presencia, es cascarón de instantes pasados de su propia
exploración que abandona a su paso, lo que le resta al espectador es armar sus
propias historias empáticas a través de estos retazos y de esos no-lugares,
donde la inexistencia existe todavía más.
Pereira establece un compromiso
con el arte partiendo de un punto de vista terrenal para traspasarlo. Su obra
es un ritual en el que se ve envuelto el espectador, que participa de esa
ceremonia y de la búsqueda trascendental de la artista. De tal manera, que a los
objetos les brotan raíces, con carácter de naturaleza revelada, naturaleza que
late, enfática.
con el arte partiendo de un punto de vista terrenal para traspasarlo. Su obra
es un ritual en el que se ve envuelto el espectador, que participa de esa
ceremonia y de la búsqueda trascendental de la artista. De tal manera, que a los
objetos les brotan raíces, con carácter de naturaleza revelada, naturaleza que
late, enfática.
La artista Pamen Pereira en Artizar |
Fotografías: Galería de Arte Artizar